Compras por impulso, tan irresistibles como devastadoras… En un mundo ideal todos haríamos un presupuesto, ahorraríamos antes de gastar e invertiríamos un porcentaje de nuestro ingreso, pero en la vida real las cosas son muy diferentes y la quincena se nos va “como agua”, dirían las abuelitas, pero ¿en qué y por qué gastamos tanto?
Vamos a ver qué tan familiar te suenan los siguientes escenarios:
- Comprar dulces en el puesto de la esquina de tu oficina, que según tú te van a durar toda la semana y terminas comiéndotelos en un momento de estrés.
- Entrar a Mumuso, Miniso, Mimisi, Memese, etc… y gastarte lo del recibo de la luz comprando plumas de colores que huelen a fresa.
- Ir al súper a comprar detergente y salir con una pantalla de 57” que estaba “en oferta”
Esto, mis queridos coolturicuates, son compras por impulso porque realmente no las necesitas, ni forman parte de tu presupuesto, pero te justificas pensando: «para eso me mato trabajando, ni más rico ni más pobre, yo lo valgo». Puede ser que pienses que comprar unos tristes dulces no te va a dejar en la ruina, pero si sacas la cuenta de cuánto pagas al mes por ese antojo y sumas muchas otras pequeñas compras, seguramente cambiarás de opinión.
Es fácil perder el control de tus gastos y afectar bastante tu presupuesto mensual, pero ahora que ya te diste cuenta, estarás más alerta para no caer en tentaciones. Y no te preocupes, que también traemos para ti siete sencillos consejos que podrían evitar que caigas en compras por impulso:
7 consejos para evitar las compras impulsivas
- Crea un presupuesto mensual, ponlo en papel y pégalo en el refri, guarda una copia en tu carro, otra en tu recamara, en tu oficina… para que no se te olvide cuánto y en qué puedes gastar.
- Establece metas, ¿quieres comprarte una TV? Perfecto, haz un plan de ahorro basado en el monto que puedes apartar, ahora que ya sabes cómo gastar tu dinero, también sabes cuánto puedes destinar para tus objetivos.
- Crea una lista de los artículos que realmente son indispensables y apégate a ella.
- Conforme tomes control de tu presupuesto, podrás incluir una sección de antojos y gastos innecesarios; se vale comprar lo que tu quieras siempre y cuando tengas tus propios límites
- ¡No vayas al súper con hambre! Comprarás más de lo debido porque todo se te va a antojar y recuerda que si llevas una lista, es para respetarla.
- No compres cuando estés triste, es mentira eso de que te hará sentir mejor, sólo terminarás con deudas, artículos innecesarios y más triste por no tener para pagar.
- Hazte siempre las preguntas: ¿Lo necesito? ¿puedo pagarlo de contado? Si pago a crédito, ¿mis deudas estarán bajo control? ¿Comprarlo me dejará casi en la ruina y sin dinero para emergencias?
No seas víctima de tus propios antojos y antes de sacar la cartera pon en una balanza si lo que quieres comprar es realmente necesario y si ese gasto representará una deuda a futuro. Si todo está en orden y este tipo de gastos tienen un lugar en tu presupuesto, ¡adelante!
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